La compañía de medios e información, Nielsen, ha elaborado un estudio que demuestra que los consumidores utilizan apenas 7 segundos en escoger un vino. Siete segundos para una decisión de compra donde entra el juego la presentación de un producto tan valorado como son los vinos. Pequeños detalles marcan la diferencia, entre los que destacan el diseño del envase, su promoción y el atractivo visual, ¿te sientes identificado?
A veces no hace falta tener enfrente un informe para saber que lo que entra por el ojo es lo que el usuario acaba comprando en los mercados y grandes superficies. Aun así, la empresa de información Nielsen ha desarrollado un estudio que despeja todavía más las dudas sobre porqué es tan importante apostar por el marketing visual y sensorial a la hora de destacar en cualquier lineal.
Sobre todo, en sectores tan competitivos como el de los vinos es importante conocer las claves con las que la gente decide escoger un vino. Un gran rediseño e imagen puede hacer crecer a la marca hasta en un 5,5%. Un porcentaje que no hay que pasar por alto, ya que son estos detalles los que marcan finalmente la diferencia.
¿Cómo deciden los consumidores al escoger un vino?
Ya hemos comentado con anterioridad la importancia de los diseños atractivos de los envases y el packaging en el proceso de compra es crucial a la hora de escoger un vino. Es algo asumido por todos, aunque muchas veces de manera inconsciente y sin saber que los estímulos visuales son uno de los impactos más productivos para que tu marca acabe en los hogares.
En el sector del vino sobresalir se antoja complicado, y ahí está la clave. Ser uno más en el lineal de las botellas es fácil, resaltar y llamar la atención es el empujón extra que hace que los vinos de una bodega tengan mejores resultados de venta.
Lo que está claro es que el consumidor quiere las cosas rápidas, el tiempo es un bien que vale su peso en oro, y ponerles las cosas fáciles y accesibles siempre es un punto a favor. Esta es la causa, y la consecuencia son los 7 segundos que finalmente tardan de media los clientes en escoger un vino, el cual se tomarán en los próximos días.
Cuatro segundos para fijarse en el producto y siete más para captar la atención. Dos conceptos que deberían cumplir todos los productos para no ser uno más en el lineal: visibilidad y atención son las vías a explotar.
¿Qué vino elegir?
En dicho estudio queda reflejado cómo los estímulos visuales de una botella de vino deben colmar las sensaciones del consumidor a la hora de escoger un vino. Esto se produce tanto dentro de la superficie de compra como una vez la botella esté en casa, de modo que esté continuamente transmitiendo una imagen de marca coherente a la bodega de la que proviene.
Saber plasmar todos los puntos fuertes de la bodega en un envase creativo y llamativo es lo que finalmente potenciará las ventajas competitivas en el sector vinícola y los demás vinos tintos, blancos y rosados que se encuentran en cualquier lineal.
Y es que a todos nos gusta quedar bien ante nuestros invitados y escoger un vino adecauado también es clave. Por eso el diseño de cualquier botella actúa también como inicio de conversaciones y encuentros. Además, estando en la era de la tecnología, de las imágenes compartidas en redes sociales y selfies para Instagram, Facebook, Twitter… un producto bien diseñado es propicio para que sea la diana de los móviles.
También hay que saber jugar con estas tendencias y estar atento a la demanda de los consumidores finales, tanto para conocer qué variedades de uvas son las más solicitadas (garnacha, syrah, chardonnay…) como el envase que ayude mejor al consumidor a escoger un vino, nuestro vino.
Vinos tintos, vinos blancos y vinos rosados
Dependiendo del tipo de vino que se ponga a la venta en las superficies de compra será necesario apostar por un tipo de imagen u otra. El público que busca un vino blanco no es el mismo que el que está pensando en un tinto joven para la tarde, o una persona más experta que quiere algo más elegante para una ocasión especial. Por eso, antes de ponerle la etiqueta, hay que tener en cuenta el público objetivo de cada vino.
Diseños minimalistas, coloridos, elegantes, más femenino, floral, plano, ilustrado… muchas son las opciones a tener en cuenta para darle esa personalidad a la botella de vino. Jugar con el territorio –como puede ser algo representativo de Aragón y su territorio-, y características de los viñedos y su entorno que le den un plus cuando alguien coja la botella.
Con todas estas especificaciones y rediseños apunto, las posibilidades de venta aumentan hasta cotas que pueden llegar hasta un 5,5% de media. La consultora, de esta forma, aporta algunas cuestiones clave a la hora de escoger un vino por parte de los consumidores. Unos datos apoyados en las afirmaciones de Ana Barrio, directora de Innovación de Nielsen España y Portugal, que sostiene que “el diseño engloba mejor que nadie la marca y su estrategia”.