Estamos acostumbrados a dejarnos sorprender por el atractivo visual de los diseños de las botellas de vino cada vez que nos asomamos a nuestro supermercado o tienda de confianza. ¿En qué es lo primero que solemos fijarnos cuando compramos vino? El conocimiento vinícola, las denominaciones de origen, la variedad, el buen marketing y una etiqueta llamativa son claves para el comprador, pero ¿qué pasaría si los diseños de las botellas de vinos fueran copados por las grandes marcas?
Un artista francés ha querido hacer el esfuerzo por sacar al mercado un lote de botellas de vino un tanto especial. Thomas Ollivier, que es así como se llama este creativo, también conocido como Tom le French ha diseñado un packaging exclusivo en forma de imágenes como performance de su proyecto: 99 Wine Bottle. La iniciativa de Ollivier pretende denunciar la masificación de las grandes marcas a la hora de incluir su branding en distintos soportes y, sobre todo, en los diseños de las botellas de vino. Las barreras de los límites cada vez se tienen menos en cuenta cuando entra el juego el marketing y la promoción.
Las identidades corporativas ya van más allá de las típicas etiquetas o cartas de presentación, como se hacía antes. Ahora en la novedad está el reclamo y los diseños de las botellas de vino son un elemento clave. De ahí que salgan reivindicaciones como la que te estamos contando en este proyecto, que ejemplifica cómo sería si algunas de las marcas más potentes del mercado “invadieran” el sector vinícola.
En los diseños de las botellas de vino de su colección aparecen nombres de la talla de Facebook, Durex, Nivea, Netflix… hasta un total de 99. No obstante, ninguno de estos diseños de las botellas de vino saldrá a la venta, sino que formarán parte únicamente de esta exposición publicitaria. Se trata de una serie de impacto visual, sencilla pero muy completa, que da que pensar. Es, sin duda, una severa llamada de atención ante la invasión de las grandes marcas de los distintos mercados internacionales y que responde a la pregunta de “¿qué pasaría si las grandes potencias del mercado decidieran apostar por ganar visibilidad a través del vino?”.
Los diseños de las botellas de vino
Una cosa no quita a la otra y es cierto que los diseños de las botellas de vino representan una buena carta de presentación para las bodegas. Una imagen cuidada, tipografía coherente, colores sugerentes… son conceptos necesarios para que el cliente final se decida por un vino en particular. La competencia en los lineales de los escaparates es muy grande y saber destacar entre tanta etiqueta de vino es una tarea que requiere de una gran creatividad. Teniendo esto claro, tampoco hay que olvidar el carácter de la marca de vino y sus matices.
No es lo mismo abordar un vino blanco que uno tinto en cuanto al diseño, ya que son personalidades completamente diferentes. Y así lo tiene que entender también el comprador. Del mismo modo, ahora surgen nuevas oleadas que están tratando de dar un giro más en la presentación de las botellas. Se pueden ver más anchas, delgadas, con cajas, con formas varias… una gran gama de diferencias cuyo único objetivo de que la vista del comprador se pose sobre la etiqueta adecuada. Unas características que suman a la hora de seleccionar tu vino perfecto.
¿En qué fijarme para elegir un vino?
A la hora de apostar por un vino, si quieres probar algo inesperado, te recomendamos elegir aquellas botellas en las que se aprecie el trabajo bien hecho. Una botella donde resalte la etiqueta, que sea coherente, estimulante y creativa, ganará enteros para sobresalir sobre el resto. Esto significa que la bodega se preocupa al máximo por cuidar los detalles y la apariencia es uno de ellos, uno de los más importantes.
Con esto no quiere decir que te lances a por la más coloreada y llamativa. Esto solo es un paso. El siguiente es cotejar si se trata de una bodega reconocida y que pueda ofrecerte la calidad que estás buscando. Una vez llegues al equilibrio de lo deseado, solo queda disfrutar de ella cuando llegue el día. La elección siempre está a tu alcance.